Pensamientos de Mafalda


Plata en los cabellos.
Oro en los dientes.
Piedras en los riñones.
 
Azúcar en la sangre.
Plomo en los pies.
Hierro en las articulaciones.
Y una fuente inagotable de "gas natural".

¡Nunca se pensó que a partir de los 40
 
se pudiera llegar a tener tanta riqueza!

Muy listo

Una hermosa rubia está sentada sobre la camilla del cirujano, desnuda e impaciente. A los pocos minutos entra un hombre vestido de blanco y ella le dice:
─¿Está listo para revisarme?
─¡Sí!
El hombre la revisa detalladamente, la toca por todos los lados, la hace agachar, doblar, voltear...
La joven le dice:
─¿Usted cree que va a necesitar operarme?
─Bueno, en realidad eso pregúnteselo al doctor..., yo solo vine a pintar la puerta del baño.

¿Aburrido?

Llega un turista a un solitario pueblo, va donde el cura y le dice:
─Oiga padre: ¿cómo hace usted para vivir en un pueblo tan aburridor?
─Yo lo paso bien, hijo mio, mientras tenga a mano mi vino y mi rosario...
─¿De verdad padre?
─¡Claro! Rosario: pásame el vino.

¡Fírme!

En el ejército:
─¡Firme! mi soldado.
─Pero sargento: yo no sé firmar, pues...
─¡Pedazo de bruto! ¡firme! con los pies.
─Ay mi sargento, si no sé firmar..., ¿cómo lo voy a hacer con los pies..., que es más difícil?

De Puerto Tejada

Un negrito de Puerto Tejada se presenta ante la consejería de una universidad:
─Buenos días, vengo a estudiar..., ¡vé!
─Claro señor..., ¿qué asignatura?
─¡Filosofía!
─¿En que rama?
─¿Cómo asi que en qué rama? ¡En un pupitre, como todos los blancos...,vé!

Granadas

A dos policías pastusos se les ordenó recoger dos granadas que un asaltante dejó en un banco, al llegar las desactivan y las llevan en su patrulla, uno de ellos pregunta:
─Oye Martinez: ¿Y si explota una?
─¡Decímos que solo encontramos una..., pues!

Muy vivo

Un día un granjero cruza por su plantación con un costal a recoger algunas frutas, al llegar al río ve dos chicas bañándose totalmente desnudas. Ellas al verlo se meten en el agua hasta el cuello y le dicen:
─¡No vamos a salir de aquí hasta que usted se vaya!
─No vine a verlas a ustedes -responde el granjero levantando el costal- sólo vine a darles de comer a los cocodrilos.

Pastusada

Va un tipo al dentista para hacerse una higiene bucal, total que ya finalizada la limpieza, le dice el doctor al cliente:
─Mire, hoy no vaya a comer por el centro.
Y le dice el paciente:
─No se preocupe, hoy voy a comer a casa de mi cuñado.

Propaganda radial

Estaban en Medellín hacienda una propaganda radial de mantequilla “Rama”, el locutor le pregunta a una señora:
─Por favor mi señora: Díganos ¿qué le echa usted a la arepa en la mañana?
─¡Pues yo solamente le echo agua y jabón!

"Ogil" Aroma de ta... mal


Un viejito estaba acostado en su cama agonizando, le quedaban pocas horas de vida y ya lo sabía. De repente huele unos tamales fresquecitos hechos por su mujer. 
Haciendo un esfuerzo sobrehumano –atraído por aquel aroma a masa de maíz, carne de puerco y sabroso condimento de su plato favorito– baja las escaleras y va al comedor. Llega hasta la mesa donde están los suculentos tamales y toma uno.
 

Piensa que su último esfuerzo ha valido la pena, y –cuando se dispone a comérselo– repentinamente siente un fuerte golpe en la cabeza que le nubla la vista, y dobla sus piernas. Tratando de no desplomarse, voltea la cabeza y alcanza a ver a su mujer con un cucharón de hierro en la mano, diciéndole:
─¡Ni se te ocurra, que son pa'l velorio!

En cine

En la oscuridad de una sala de cine, se escucha el siguiente diálogo:
─Muñeca: ¿De quién son estos ojitos?
─Tuyos, mi amor.
─Y...¿de quién son estas naricitas?
─Tuyas, mi vida.
─Y...¿de quién son estos pechitos?
─Pues, tuyos.
─Y...¿de quién son estas trompitas?
─¡De Falopio!, ¡y... quitá esas manos de ahí!

Valientes


─A ver, Jaimito, dame un ejemplo de alguien que sea muy valiente.
─Mi papá, señorita...
─¿Por qué?
─Porque es bombero, y en cuanto suena la sirena sale a salvar vidas, poniendo en peligro la suya.
─Muy bien. Y..., ¿un ejemplo de cobarde?
─Mi tio José, señorita...
─¿Por qué?
- Porque cuando mi papá sale a apagar incendios, él se mete en la cama con mi mamá, y los dos se ponen a temblar...

Boda india


Se casaban un par de indios y dice el cura:
─Indio: Recuerda que te doy esposa y no esclava...
Y dice la india:
─¡Ah no! Si indio no clava..., india no casarse.

Pastusada

─Oye, Ananías, pásame otro champú...
─Pero si ahí tienes uno, Manolo.
─Si, pero éste dice "pa'cabello seco", y yo ya me lo he mojado, pues.

Sartén

El marido llega a las tres de la mañana a su casa y al abrir la puerta encuentra a su mujer con una sartén en la mano, a punto de darle en la cabeza.
El marido le dice:
─Mi amorcito: ¿me vas a fritar un huevo?
─¡No..., los dos!

Camas separadas

Un par de viejitos tenían 50 años de casados, fueron al médico y éste les dice:
─Si ustedes quieren vivir más años, no pueden volver a hacer el amor, estan muy delicados de salud, yo les recomiendo que separen sus alcobas y cada uno duerma por separado, ¡es lo mejor!
El viejito muy temeroso, llego a casa y cambió su cuarto para el segundo piso dejando a la vieja en el primero.
Ya acostado y como a las 2 de la madrugada, sintió que tocaban la puerta con mucho desespero.
─¿Qui...quien es?
─¡Una viejita..., que se quiere morir!

Doble inyección

El papá está haciendo el amor con la mamá, Pepito -su hijo- los vé y les pregunta:
─¿Ustedes qué están haciendo?
El papá le contesta:
─¡Deja hijo, que le estoy colocando una inyección a tu mamá!
─¡Ay papi, entonces mi mamá debe estar muy enferma, porque esta mañana el lechero le puso otra!

Borracho


Un borracho sube a un bus muy lleno y tiene que quedarse de pie, a su lado hay una mujer con unas "pechonalidades" tremendas y con un bebe en los brazos dándole su desayuno, el borracho se queda mirando espantado el panorama, la mujer disgustada le pregunta:
─Oiga señor, ¿nunca ha visto alimentar a un bebe?
─¡Si! si lo he visto, pero estoy confundido...
─¿Confundido?
─¡Si! Usted no me lo va a creer. pero su hijo, ¡me invitó a desayunar!

Con firmeza

Una mañana el marido se despierta y le pellizca una nalga a su mujer y le dice:
─Si hicieras ejercicios para darle firmeza a ese rabito, podríamos librarnos de esas pantaletas.
La mujer se controló y le pareció que el silencio era la mejor respuesta.
Al otro día el marido despierta y le da un pellizco a los senos de su mujer y dice:
─Si consiguieras dar firmeza a esos pechitos podríamos librarnos de ese sosten tan molesto.
Aquello excedió el límite y el silencio definitivamente no era la mejor respuesta.
Entonces ella se volteó hacia él, le agarró de donde sabemos, y le dijo:
 

─Si tú consiguieras dar firmeza a "esto", ¡podríamos librarnos del cartero, del jardinero y del lechero!

Llore pues


Después del desayuno el esposo dudoso le pregunta a su esposa.
─Mi amor, si yo me muero, ¿tú llorarías por mí?
Y ella le responde:
─¡Claro mi amor, si tú sabes que yo lloro por cualquier pendejada!

Milagro


El padre dice en la misa:
─Si tienen fé se sanarán, pongan su mano sobre la parte afectada y el milagro ocurrirá.
Una pareja de viejitos está oyendo el sermón y el viejito baja la mano con disimulo y la pone entre sus piernas. La viejita lo vé y le dice:
─Viejo, el cura dijo milagro..., ¡no resurrección!.

En la clínica


─Señora: ¿usted vende la sangre o la dona?
─¡Ay, dotor!, pues, como está la situación... ¡voy a tener que vender..., la "dona"!

Mi mejor anécdota

Era la época en que los llamados carteles de la droga de Cali y de Medellín estaban en su terrorífica guerra: los capos de Cali enviaban a sus secuaces a ponerle bombas a Medallo y viceversa.
Cada habitante vivía en permanente zozobra y temía por su vida. Al ver o al escuchar el encendido de un fósforo se suponía que era para prender aquel explosivo y destructor artefacto. El golpear de una puerta y, peor aún, el estallido de una llanta eran motivo para que cualquier persona pensara que le había llegado la hora. Cualquier persona que veíamos en la calle con un paquete, o con una caja, de inmediato sospechábamos que ahí llevaba la tan temida bomba.
Estaba, pues, yo en una de las principales vías de la bella villa de Medellín -la avenida Oriental- esperando el bus de Envigado que me llevaría a mi residencia; mientras el tiempo transcurría, pensaba en la espantosa situación que vivíamos los colombianos. Justo, en ese momento, vi a lo lejos una avalancha de gente que corría desesperada. Yo me llené de pánico y me dije: aquí fue mi hora final.
En medio del susto y frunciendo el cu... ello, como pude, me metí en el tumulto. Angustiado, y a la espera del estallido, arranqué a correr a la velocidad que daban mis temblorosas piernas. Al rato, mama’o y con la lengua afuera, le pregunté a uno de los sudorosos parroquianos que por qué corrían tanto; éste me contesto: “Es que vamos en la Gran Maratón de la Solidaridad por Colombia”.