Una hermosa rubia está sentada sobre la camilla del cirujano, desnuda e
impaciente. A los pocos minutos entra un hombre vestido de blanco y ella le
dice:
─¿Está listo para revisarme?
─¡Sí!
El hombre la revisa detalladamente, la toca por todos los lados, la hace
agachar, doblar, voltear...
La joven le dice:
─¿Usted cree que va a necesitar operarme?
─Bueno, en realidad eso pregúnteselo al doctor..., yo solo vine a pintar la
puerta del baño.
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