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La soledad de la vejez


Los humanos debemos prepararnos con inteligencia para quedarnos solos en la vejez.

Una soledad valiente, sin miedos ni temores a nada, ni a nadie, sin nostalgias, ni reclamos a familiares a nuestro lado.

Nada de lloros, nada de odios, nada de tristeza.

Prepárate fuerte para esa soledad 

y habrás vencido a la vida, al 

destino y a la eternidad.

                                     (Anónimo)

Pensión

Al cumplir la edad reglamentaria, me presenté al Seguro Social para tramitar la pensión por vejez.
La secretaria, detrás de la ventanilla, me pidió el pasaporte para verificar mi edad y mi identidad; busqué en todos los bolsillos; pero, finalmente caí en la cuenta de que lo había dejado en casa. Le dije a la señorita que lo sentía mucho, que no tenía ahí el documento, que más tarde regresaría.
La oficinista, entonces, me dijo:
¡Solo..., desabotónese la camisa!
Le mostré los abundantes pero canosos vellos del pecho, y me dijo:
Esos vellos canosos son prueba suficiente para mí.
Procesó mi solicitud, y... ¡me dio la pensión!
Cuando regresé a casa –muy emocionado– le conté a mi esposa lo sucedido. De inmediato ella comentó:
¡Ay, mijo...!, debiste bajarte los pantalones; ¡a lo mejor te hubieran dado, también, una... pensión por invalidez!

Oiga bien...

El viejito en la cama, le dice a su esposa:
—Mija, baje al primer piso y me trae un helado, pero apunte para que no lo olvide...
—¡Yo lo recordaré, viejo!
—Y le pones fresas, pero apunte para que no lo olvides...
—¡Que no lo olvidaré!
—Ah... y le pones unas galleticas wafer, pero apunte para que no lo olvides...
—¡Viejo, te he dicho y una y otra vez, que no lo voy a olvidar!
Al rato sube la viejita con chocolate y pan y le dice el viejo:
—Te das cuenta vieja, por no apuntar... ¡se te olvidó el arroz con pollo que te pedí!

Donación

En una casa otoñal, estaban pidiendo donaciones, y un viejito todo desbaratao grita:
-Yo... yo... yo dono mi, mi pajarito.
La gente empezó a aplaudirlo y le decían:
-¡Que se pare... Que se pare!
Y dice el viejito:
-Noooo... pues, si se para, no lo dono.

¡Y… con qué?

Un abuelo caminando por las calles, en la zona roja de Nueva York, y una prostituta le grita:
─¡Eh, abuelo…, ¿por qué no entras?
El abuelo le contesta:
─¡No, hija, ya no puedo!
La muchacha le grita de nuevo:
─Y… ¿si probamos?…
El abuelo entra, y funciona como un toro, sin descansar un instante.
─¡Uf, basta!... –dice la prostituta. ¡Y dices que ya no puedes!
El abuelo le responde:
─¡Ay, mijita, hacerlo si…, ¡lo que no puedo es pagar!

Muestras para laboratorio

Un señor de edad avanzada va al médico a una revisión anual acompañado por su anciana esposa. Cuando el doctor entra a la sala de exámen le dice:
─Voy a necesitar su muestra de orina, de materia fecal y de esperma…
El anciano que estaba medio sordo le pregunta a su mujer:
─¿Qué quiere el doctor?
La mujer le susurra al oído:
 

¡Que le dejes... tus calzoncillos!

Cansado

Una viejita le dice a su esposo: 
- Mijito, subamos al segundo piso, y hagamos el amor. 
Y él, algo cansado, le dice:
 

- Elige una de las dos cosas... ¡no puedo hacer las dos!

¡Abuelo!

Un chico jugaba con su abuelo en el jardín, y en un movimiento brusco el pelao cae al suelo y se quiebra un dedo de la mano. 
El abuelo lo lleva a la clínica, y allí el médico lo examina:
 
─Su nieto tiene quebrado el dedo –le dijo el médico-, mire como parece una gelatina. Le voy a mandar esta pomada y se la untas todas las noches.
 
A los dos días, el abuelo regresa a casa de su nieto y pudo ver como el dedo del chico estaba tan derechito y duro, gracias a la pomada.
 
El abuelo –maliciosamente– le dice al chico:
 
─Saaa-bes quéee…, Jaaai-mito, teee doooy ciiin-cuenta miiil peee-sos pooor la miii-tad de eeesa pooo-mada.
 
─¡Listo, agüelito!
 
Al día siguiente el abuelo le entrega docientos mil pesos al chico.
 
─Agüelito, pero si sólo eran cincuenta…
 

─¡Síii, miii-jito, peee-ro el reees-to teee looos maaan-da tuuu aaa-buuue-lita!

Pa dormir

Una viejita le dice a su marido:
─¡Mijito despierte!
─Ummm, no, dice el viejito.
─¡Salomón despierte!, grita la viejita.
─Ummmmn, no, no.
─¡Que despierte, que despierte, Salomón!
─¡No! ¿Qué pasa vieja? ¿Qué pasa?
 

─¡Levántate y tómate las pastillas de dormir!

Adelanto

Una pareja de ancianos van al médico y este les dice que a su edad deben dormir en cuartos separados y que solo pueden hacer el amor cada quince días.
Durante un largo tiempo los ancianos cumpliéron con ese requisito, una noche la anciana se dirige muy cautelosamente al cuarto del viejo. Cuando él se da cuenta de la presencia de su esposa, le dice:
─¡Pero, mijita!, acuérdese el compromiso que hicimos con el doctor -de hacer el amor cada quince días-, y recuerde que apenas ayer lo hicimos!
Y la venerable anciana le contesta:
─¡Ya lo sé, mijito..., yo vengo a ver..., si me adelanta una quincenita!

¡Huy, abuelo!

El viejo de 87 años se casó con una niña de 19.
─¡Pero, abuelito –le dice uno de sus nietos– piensa un poco en tu salud: una relación así puede ser fatal!
─Si tiene que morir de placer, morirá. ¡Ya veré con quién la reemplazo!

Viagra

Llega un viejito a la farmacia:
─Por favor me vende veinte pastillas de viagra...
─¿Trajo la fórmula?
─¡No...! Pero traje el "enfermito".

Camas separadas

Un par de viejitos tenían 50 años de casados, fueron al médico y éste les dice:
─Si ustedes quieren vivir más años, no pueden volver a hacer el amor, estan muy delicados de salud, yo les recomiendo que separen sus alcobas y cada uno duerma por separado, ¡es lo mejor!
El viejito muy temeroso, llego a casa y cambió su cuarto para el segundo piso dejando a la vieja en el primero.
Ya acostado y como a las 2 de la madrugada, sintió que tocaban la puerta con mucho desespero.
─¿Qui...quien es?
─¡Una viejita..., que se quiere morir!

Entre viejitos

─Ananias, y…¿cómo te ha ido con el problema de la memoria?
─¡Muy bien, José! Fuí donde un médico que me recetó unas pastillas muy buenas, ¡si señor!
─¡Vé hombre, que bien! Y…¿cómo se llaman?
─Pues…, pues…díme primero: ¿cómo se llama esa brisa que le da a la hierba cuando amanece?
─!Pues, rocío!
─¡Oh si! Rocio…mija ¿cómo se llaman las pastillas pa’ la memoria?

Camas separadas

Un par de viejitos tenían 50 años de casados, fueron al médico y éste les dice:
─Si ustedes quieren vivir más años, no pueden volver a hacer el amor, estan muy delicados de salud, yo les recomiendo que separen sus alcobas y cada uno duerma por separado, ¡es lo mejor!
El viejito muy temeroso, llego a casa y cambió su cuarto para el segundo piso dejando a la vieja en el primero.
Ya acostado y como a las 2 de la madrugada, sintió que tocaban la puerta con mucho desespero.
─¿Qui...quien es?
─¡Una viejita..., que se quiere morir!

Milagro


El padre dice en la misa:
─Si tienen fé se sanarán, pongan su mano sobre la parte afectada y el milagro ocurrirá.
Una pareja de viejitos está oyendo el sermón y el viejito baja la mano con disimulo y la pone entre sus piernas. La viejita lo vé y le dice:
─Viejo, el cura dijo milagro..., ¡no resurrección!.