¡Y… con qué?

Un abuelo caminando por las calles, en la zona roja de Nueva York, y una prostituta le grita:
─¡Eh, abuelo…, ¿por qué no entras?
El abuelo le contesta:
─¡No, hija, ya no puedo!
La muchacha le grita de nuevo:
─Y… ¿si probamos?…
El abuelo entra, y funciona como un toro, sin descansar un instante.
─¡Uf, basta!... –dice la prostituta. ¡Y dices que ya no puedes!
El abuelo le responde:
─¡Ay, mijita, hacerlo si…, ¡lo que no puedo es pagar!

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