En un entierro

Después de un velorio, salió un coche fúnebre con el cadáver seguido de toda la familia en luto, cuando de repente salió un niño gritando y llorando persiguiendo desesperadamente el coche:
─¡Papito llévame contigo! ¡Papito no me dejes solo!
Toda la gente en el pueblo quedó consternada ante aquella escena tan dolorosa mientras el niño seguía:
─¡Papito por favor llévame! ¡Quiero irme contigo! ¡No me dejes por favor!
En eso se detiene el coche y se baja el chofer todo molesto, y le dice al niño:
─Esta bien hijo te voy a llevar, pero que sea la última vez que vienes conmigo al trabajo.

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