Llega un joven indio a una casa de citas y
le dice a la encargada:
─¡Indio quelel mujel!, ¡indio quelel mujer!
─¿Tienes experiencia, joven indio?
─¡Pos… no!
─Entonces en ese caso, vete a la selva donde vives, búscate un árbol con un huequito, practica allá por un mes y regresas…¿de acuerdo?
El indio se va, practica como la mujer le dijo y al mes regresa con una tabla debajo del brazo. Al llegar le dice a la mujer:
─¡Indio quelel mujel…, ¡indio tenel expeliencia!
La mujer lo hace entrar y llama a una hermosa mujer para que lo atienda.
La mujer y el indio suben al cuarto, ella se desviste y el indio coge la tabla y le da tremendos tablazos en las caderas.
La chica, muy enojada, le dice:
─¿Qué te pasa, indio bruto, por qué me pegas con esa tabla?
Y el indio le dice:
─Indio quelel asegulalse que tú... ¡no tenel avispas en güequito!
─¡Indio quelel mujel!, ¡indio quelel mujer!
─¿Tienes experiencia, joven indio?
─¡Pos… no!
─Entonces en ese caso, vete a la selva donde vives, búscate un árbol con un huequito, practica allá por un mes y regresas…¿de acuerdo?
El indio se va, practica como la mujer le dijo y al mes regresa con una tabla debajo del brazo. Al llegar le dice a la mujer:
─¡Indio quelel mujel…, ¡indio tenel expeliencia!
La mujer lo hace entrar y llama a una hermosa mujer para que lo atienda.
La mujer y el indio suben al cuarto, ella se desviste y el indio coge la tabla y le da tremendos tablazos en las caderas.
La chica, muy enojada, le dice:
─¿Qué te pasa, indio bruto, por qué me pegas con esa tabla?
Y el indio le dice:
─Indio quelel asegulalse que tú... ¡no tenel avispas en güequito!
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