Media hora despues, la señora muy tranquila, sacó uno de sus senos y
trató de alimentar al niño, pero este no quería y lloraba frecuentemente. La
señora, ya desesperada, le grita al niño:
-¡Te tomas el desayuno, o se lo doy a este señor!
Y yo tragaba saliba...
Media hora después, vuelve a alimentar al niño y este con mucho llanto, lo rechaza. La señora le dice:
-¡Bueno... te lo tomas, o se lo doy al señor!
Y yo… tragaba más saliba.
Unas horas después, vuelve la señora a sacar sus preciosos pectorales y el culicagao nada que quería, y ella le dice:
-¡Definitivamente, este desayuno se lo voy a tener que dar a este señor!
Yo –ya desesperado– le grité:
-¡Señora, decídase, pues, si pa’l niño o pa mí; porque yo me tenía que bajar enMedellin, y... ¡ya vamos llegando a Manizales!
-¡Te tomas el desayuno, o se lo doy a este señor!
Y yo tragaba saliba...
Media hora después, vuelve a alimentar al niño y este con mucho llanto, lo rechaza. La señora le dice:
-¡Bueno... te lo tomas, o se lo doy al señor!
Y yo… tragaba más saliba.
Unas horas después, vuelve la señora a sacar sus preciosos pectorales y el culicagao nada que quería, y ella le dice:
-¡Definitivamente, este desayuno se lo voy a tener que dar a este señor!
Yo –ya desesperado– le grité:
-¡Señora, decídase, pues, si pa’l niño o pa mí; porque yo me tenía que bajar enMedellin, y... ¡ya vamos llegando a Manizales!
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