Un pastuso le dice a un paisa:
─Oye paisa, ¿por qué no le enseñás a mi mujer a hacer el amor?
─¡Cómo así, pastuso! ¿y eso por qué?
─Si. Es que la suya lo hace tan bueno.
─Oye paisa, ¿por qué no le enseñás a mi mujer a hacer el amor?
─¡Cómo así, pastuso! ¿y eso por qué?
─Si. Es que la suya lo hace tan bueno.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario