Entre viejitos

─Ananias, y…¿cómo te ha ido con el problema de la memoria?
─¡Muy bien, José! Fuí donde un médico que me recetó unas pastillas muy buenas, ¡si señor!
─¡Vé hombre, que bien! Y…¿cómo se llaman?
─Pues…, pues…díme primero: ¿cómo se llama esa brisa que le da a la hierba cuando amanece?
─!Pues, rocío!
─¡Oh si! Rocio…mija ¿cómo se llaman las pastillas pa’ la memoria?

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