Nuevos

Un hombre iba de afán para su trabajo, y a mitad de la calle le sale un hombre de capa amarilla, agitando las manos y gritando:
─!Por favor, lléveme al parque principal, por fa!
─¿Y…quién es usted?
─!Ay…yo soy la loca, de la capa amarilla!
─!No me joda!
El tipo arrancó a las millas y mas adelante otro hombre, ahora de capa roja y agitando las manos:
─!Al parque por favor, al parque!
─¿Y… quién es usted?
─!Ayyyy…soy la loca de la capa roja!
─!Eh! ¿Es que hay una convención de “locas” o qué?
Y vuelve a arrancar, todo verraco dejando a la loca botada.
Mas adelante, le sale otro de capa verde, y el hombre se baja enfurecido y le grita:
─Y…¿ahora, la loca, la mariposa de capa verde, qué quiere?
Y con voz muy ronca le responde:
!Que se estacione al lado, que esto es un retén de la policía!
***
─Señora: ¿usted vende la sangre o la dona?
─¡Ay, dotor!, pues, cómo está la situación... ¡voy a tener que vender..., la “dona"!
***
Al cumplir la edad reglamentaria, me presenté al seguro social a tramitar la pensión por vejez.
La secretaria detrás de la ventanilla me pidió la cédula para verificar mi edad y mi identidad, busqué en todos mis bolsillos, pero finalmente caí en la cuenta que había dejado mi cédula en la casa, le dije a la señorita que lo sentía mucho, que no la tenía en ese momento, que más tarde regresaría.
En eso la oficinista me dijo:
─¡Solo..., desabotónese la camisa!
Le mostré los abundantes pero canosos vellos del 
pecho y me dijo:
─Esos vellos canosos son prueba suficiente para mí.
Y procesó mi solicitud.
Cuando regresé a casa, muy emocionado le conté a 
mi esposa lo que había sucedido en el seguro social, 
entonces ella comentó:
¡Ah mijo, debió bajarse los pantalones, a lo mejor 
le daban también pensión por INVALIDEZ!
***
Jorge le dice a su amigo Juan:
—¿Cómo haces para ser tan seductor con las mujeres?
—¡Ay, amigo Jorge, a todas mis amantes las tengo acostumbradas que cuando llego grito como tarzán:  ¡Aaaaaaaa...!, me pego dos o tres puñetazos en el pecho; y eso las vuelve locas.
Jorge llegó a su casa a oscuras, entró a su dormitorio y de inmediato gritó ¡Aaaaaaaa...!, se pegó unos puños en el pecho, se montó encima del 
armario y se tiró a la cama y dice su mujer:
—¡Ay, Juan, qué emoción, dale rápido que en esto llega mi marido!
***
Un amigo se encuentra con otro y le dice:
—Hola, Pedro, ¿que hay de tu vida?
—Pues bien, mira que me he metido a una congregación cristiana que lo primero que me impusieron fue no tener sexo con mi mujer por un mes…
—No joda, mano, ¿y cómo vas con eso?
—Pues la primera semana no fue tan duro, la supe llevar, la segunda ya estaba desesperado así que rente un canal porno y la pasé bien; pero la tercera semana mi mujer se agachó a coger la sal, y ahí no me aguanté y le hice el amor tres veces.
—No jodás, ¿entonces, te echaron de la comunidad?
—¡Claro, y también del restaurante!
***
En los corredores de un manicomio un doctor 
sale corriendo, y le dice a otro que venía:
—¡Corre corre, que viene un loco con unas 
tijeras y está cortándole los huevos al que 
tenga tres!
—No, pues yo tranquilo solo tengo dos…
—No, es que primero los corta, y... 
después los cuenta.
***
En una casa otoñal, estaban pidiendo 
donaciones, y un viejito todo desbaratao grita:
—Yo… yo... yo dono mi, mi pajarito.
La gente empezó a aplaudirlo y le decían:
—¡Que se pare... Que se pare!
Y dice el viejito:
—¡Noooo… pues, si se para, no lo dono!
***

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