Cortos... pero buenos

—José, dicen que las mujeres tenemos dentro del cuerpo 79 órganos.

—Si quieres, Carmen, vamos a la cama… ¡para que tengas 80!

***

—Mi amor, en la mañana no desayuno... ¡porque pienso en ti!

—¡Qué bonito, José!

—Al medio día no almuerzo... ¡porque pienso en ti!

—José, no me digas esas cosas.

—En la tarde no meriendo... ¡porque pienso en ti!

—José, ¡por Dios, cómo me deleitas!

—Y por la noche no duermo…

—¿Porque piensas en mi?

—No… ¡porque tengo demasiada hambre!

**

—José, me ha llamado el médico, que mi madre está a la puerta de la muerte.

—Dile que insista, quizá no escuchan el timbre.

***

—José, ¿qué harías si te dijera que me queda una hora de vida?

—Lo tengo muy claro… ¡te apagaría el aire acondicionado!

—¿Y eso, por qué?

—¡Para que te acostumbres al infierno!

***

—Nena, ¡prepárate para esta noche que te voy a dar una noche de acción… 

   pura acción!

—José, ya estoy preparada para la noche de acción.

—Siéntate aquí… ¡vamos a ver las cinco películas de Rambo!

***

—Nena, ¿cómo se llama esa mujer que lee las 

   cartas, y predice el futuro?

—Adivina.

—Si supiera… no te lo pregunto.

***

—¡Ay, Nena… qué caliente estoy, tráeme una pastilla de viagra.

—José, ¿te la machaco?

—Aguanta…  ¡al menos espera que me haga efecto!

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